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Pegarse un chapuzón en las cristalinas aguas del mar Atlántico es siempre un placer y, las playas, son una de las atracciones más populares de las Islas Canarias tanto para turistas como para locales. Sin embargo, la experiencia se convierte en algo inolvidable cuando, además, disfrutas de este baño en una de las muchas piscinas naturales del archipiélago. Las piscinas naturales se originan a través de la acción de la naturaleza, ya sea por la erosión del agua sobre la roca volcánica o por la formación de pequeñas bahías protegidas por acantilados. Por lo general se encuentran cerca del mar, ya que su constitución se debe a la acción del agua del mar y de las olas. 

 

Estas piscinas, que son espacios estancos en los que la mano del ser humano no interviene más que para acondicionar el entorno con escaleras, pasarelas o trampolines, se llenan de agua de mar y suelen estar rodeadas de formaciones rocosas que protegen el agua de las corrientes y el oleaje. Sin embargo, el agua de las piscinas naturales puede provenir de diferentes fuentes, como la infiltración del agua del mar a través de la roca volcánica o la entrada de agua dulce desde la montaña, que puede mezclarse con el agua salada del mar.

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El Charco Azul (El Hierro). Fuente: Hola Islas Canarias 

Estos recursos naturales, repletos de encanto y de gran belleza, se encuentran en muchas partes del mundo pero son especialmente comunes en regiones volcánicas como las Islas Canarias. Además de aquí, también puedes encontrarlos en lugares como Hawai, Australia y Nueva Zelanda. Es complicado definir el número de piscinas naturales que existen en las Islas Canarias ya que hay muchas. Sin embargo existen cientos de ellas, algunas muy conocidas y visitadas por turistas, mientras que otras son más desconocidas y sólo son visitadas por los locales. Cada isla tiene su propia colección de piscinas naturales, algunas de las cuales se encuentran en zonas protegidas, parques naturales o reservas marinas. Algunas de las islas más populares para encontrar piscinas naturales son Tenerife, La Palma, El Hierro, Gran Canaria, Lanzarote y La Gomera. 

Algunas de las más conocidas son El Charco Azul (El Hierro), una piscina natural de agua salada rodeada de rocas volcánicas y conocida por su agua cristalinas y por ser un lugar popular para nadar y bucear; El Charco de La Laja (Tenerife) formado por la erosión de la roca volcánica y famosa por sus aguas tranquilas e impresionantes vistas al mar; Piscinas de La Fajana (La Palma), rodeadas de una impresionante vegetación ya que se encuentran en un entorno natural protegido y lleno de vida; y El Agujero de Gáldar (Gran Canaria), una piscina de agua salada formada por la acción del mar y la lava volcánica, de las más grandes de la zona, llegando a alcanzar los 8 metros de profundidad. 

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El Charco de La Laja (Tenerife). Fuente: Hola Islas Canarias

El Charco de La Laja (Tenerife). Fuente: Moises Abreu (Youtube)

Debido a su conexión con la naturaleza, las piscinas naturales pueden tener una serie de beneficios para la salud. Por un lado, el agua de mar es rica en minerales y oligoelementos, lo que puede ayudar a mejorar la circulación, aliviar dolores musculares y reducir la inflamación. Además, nadar en una piscina natural puede ser una excelente forma de practicar ejercicio, ya que el agua ofrece una resistencia natural que puede ayudar a tonificar los músculos y mejorar la condición física. También son un lugar perfecto para relajarse y disfrutar de la belleza natural del entorno.

Asimismo hay que tener en cuenta que las piscinas naturales pueden ser peligrosas si no se tienen las precauciones adecuadas. Es necesario tener cuidado al caminar sobre las rocas resbaladizas y prestar atención a las corrientes y el oleaje. También es importante respetar el entorno y evitar dañar la fauna y flora del lugar. 

 

La preferencia de quienes visitan Canarias sobre bañarse en el mar o en las piscinas puede variar mucho, dependiendo de los gustos de la persona. Algunas prefieren el mar por la sensación de amplitud y libertad que ofrece, así como por la posibilidad de nadar en aguas abiertas o practicar deportes acuáticos. Sin embargo otras prefieren las piscinas naturales porque se sienten más seguras y protegidas de las olas y las corrientes, pudiendo disfrutar de un ambiente más tranquilo y privado. 

La preferencia de las personas por bañarse en el mar o en las piscinas naturales puede variar mucho dependiendo de los gustos y de la situación. Algunas prefieren el mar por la sensación de amplitud y libertad que ofrece, así como por la posibilidad de nadar en aguas abiertas. Sumergirse en aguas saladas y sentir la brisa marina puede resultar una experiencia revitalizante y estimulante para muchos.

 

Otras prefieren las piscinas naturales porque, además de ofrecer una estética única, se sienten más seguras y protegidas de las olas y las corrientes, disfrutando de un ambiente más tranquilo y privado. Aquí los bañistas se aprovechan de las aguas tranquilas y cristalinas, rodeados de un paisaje espectacular. Sin embargo, ambos entornos proporcionan opciones atractivas para gozar de un refrescante baño en Canarias. 

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Piscinas de La Fajana (La Palma). Fuente: Hola Islas Canarias

El Agujero de Gáldar (Gran Canaria). Fuente: Hola Islas Canarias

© Alba del Carmen Santana Martín | Sitio web de índole académica no comercial

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