
Ubicación de los cuatro Parques Nacionales. Fuente: Gobierno de Canarias
Actualmente en las Islas Canarias existen cuatro Parque Nacionales, de los 16 que hay en España: uno en La Palma, uno en La Gomera, uno en Tenerife y uno en Lanzarote. Un Parque Nacional es un espacio natural de alto valor natural y cultural, poco alterado por la actividad humana que, en razón de sus excepcionales valores naturales, de su carácter representativo, la singularidad de su flora, de su fauna o de sus formaciones geomorfológicas, merece su conservación una atención preferente y se declara de interés general de la Nación por ser representativo del patrimonio natural español.
Para que estas zonas sean declaradas Parque Nacional deben cumplir con ciertas características. Es necesario que sea epresentativo de su sistema natural, tener una superficie amplia y suficiente para per

permitir la evolución natural y los procesos ecológicos, predominar ampliamente las condiciones de naturalidad, presentar escasa intervención sobre sus valores naturales, continuidad territorial, no tener genéricamente núcleos habitados en su interior, y estar rodeado por un territorio susceptible de ser declarado como zona periférica de protección. Según el Plan Director de la Red de Parques Nacionales, debe cumplir las siguientes características:
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Representación: representar al sistema natural al que pertenece.
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Extensión: tener una superficie adecuada como para permitir su evolución natural, de modo que mantengan sus características y se asegure el funcionamiento de los procesos ecológicos en el presente.
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Estado de conservación: predominar ampliamente las condiciones de naturalidad y funcionalidad ecológica. La intervención humana sobre sus valores debe ser escasa.
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Continuidad territorial: salvo excepciones debidamente justificadas, el territorio debe ser continuo, sin enclavados, y no deben existir elementos de fragmentación que rompan la armonía de los ecosistemas.
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Asentamientos humanos: no incluir núcleos urbanos habitados en su interior, salvo casos excepcionales debidamente justificados.
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Protección exterior: estar rodeado por un territorio susceptible de ser declarado como zona periférica de protección.


Parque Nacional del Teide


Parque Nacional de La Caldera de Taburiente
Parque Nacional de Timanfaya
Parque Nacional de Garajonay
Vídeo del Parque Nacional de La Caldera de Taburiente. Fuente: Organismo Autónomo Parques Nacionales
Caldera de Taburiente
La Palma
El Parque Nacional de la Caldera de Taburiente se ubica en el centro de la isla de La Palma. Está considerado área protegida y, de los cuatro parques nacionales, es el que menos visitas recibe al año. Se consideró como tal en el año 1954 y representa una gran depresión entre los 600 y los 900 metros sobre el nivel del mar. A lo largo de los siglos las numerosas erupciones volcánicas y los diferentes periodos climáticos han creado una gigante caldera o cráter de un perímetro de 10 kilómetros. Su cumbre culmina en los 2.426 metros de El Roque de Los Muchachos (pico más alto de la isla) y es la segunda formación más alta de Canarias.
En cuanto a la flora y fauna es muy rica y llena de diversidad. En las especies vegetales destaca el pino canario mientras que en fauna predomina la invertebrada ya que el clima, el suelo y la abundancia de agua y cuevas propician este tipo de vida. Las aves constituyen una buena representación dentro de la fauna vertebrada destacando la paloma rabiche, el mirlo, los herrerillos o el cuervo. Uno de los grandes at
atractivos es su curso de agua permanente, pudiendo decir que alberga el único riachuelo de todo el archipiélago canario. Sus frías y transparentes aguas salen directamente del centro de la tierra.
La Caldera de Taburiente procede de un gran edificio volcánico de unos 4.000 metros de altura ubicado en el centro de la isla. Tras fuertes deslizamientos, se inició la formación de la actual Caldera, y junto a desprendimientos menores y la acción constante de la erosión, se fue creando el paisaje que hoy contemplamos. La red de senderos del parque nos brinda la oportunidad de penetrar en un entorno donde el arroyo Taburiente, las cascadas, los pinares y las altas cumbres ofrecen una diversidad paisajística y biológica única. En el interior de la Caldera de Taburiente abundan los restos arqueológicos, especialmente los grabados en roca, llamados petroglifos. También estacan los monolitos pétreos llamados roques, el resultado de la erosión de ciertos materiales volcánicos o de avalanchas.
A continuación se muestra una galería fotográfica del Parque Nacional de la Caldera de Taburiente. Debe cliquear en la foto para agrandar o en la flecha de la derecha para ver más imágenes.
Vídeo del Parque Nacional del Teide. Fuente: Organismo Autónomo Parques Nacionales
Achamán libera a Magec
Garajonay
La Gomera
El Parque Nacional de Garajonay, en la isla de La Gomera, posee la mayor superficie de laurisilva del Archipiélago canario. Cuenta con 3.948 hectáreas, acogiendo uno de los bosques maduros más importantes que existen en la actualidad y que nos da señales evidentes de cómo fue el sur de Europa y el norte de África en la era terciaria.
Se trata del Parque Nacional más joven de Canarias, nombrado Patrimonio de la Humanidad en 1986 por la UNESCO. Su gran particularidad es que alberga un bosque de laurisilva que cubría en la antigüedad gran parte del continente europeo y que desapareció como consecuencia de los cambios climáticos. Este tipo de bosque es una reliquia viviente en el archipiélago, cuyas condiciones climáticas de humedad continua y precipitaciones constantes, gracias al mar de nubes, han permitido su conservación.
Vídeo del Parque Nacional de Garajonay. Fuente: Organismo Autónomo Parques Nacionales
El Teide
(Tenerife)
El Parque Nacional del Teide, en Tenerife, fue el primero en reconocerse en el Archipiélago Canario, en 1954, y está presidido por El Teide, el pico más alto de la Península Ibérica con 3.718 metros. Con una extensión de 13.517 hectáreas y numerosas especies endémicas, se trata del Parque más visitado de Canarias, de España y de Europa, debido a su gran atractivo y por poseer uno de los más impresionantes espectáculos geológicos del mundo.
Se encuentra en la parte central de la isla, concentrándose en esta zona la actividad volcánica de Tenerife durante los últimos tres millones de años, ocasionando así un crecimiento de la isla en la altura donde destacan la caldera de Las Cañadas y el estratovolcán del Teide. Su entorno ofrece un gran contraste en el cambio de la vegetación: entornos ocupados por el hombre y sus cultivos, áreas donde el monteverde se está recuperando y la extensa masa del pinar. Una de las estampas más mágicas es cuando se ve el mar de nubes creado por el alisio.
Uno de los valores más importantes del Parque Nacional del Teide es su alta variedad de especies endémicas debido, sobre todo, a las difíciles condiciones climáticas. Un total de 12 de las especies vegetales existentes viven únicamente en el Parque. Como formaciones vegetales se destaca el retamar del Teide y el codesar de cumbre, como plantas el alhelí del Teide, la margarita del Teide, la violeta del Teide y el tajinaste rojo. Las especies animales están relacionadas mayoritariamente con la fauna invertebrada, algunas de las más representativas son la abeja de la miel de las retamas, el gorgojo de las margaritas o la araña endémica. Mientras que también se destaca el lagarto tizón como el reptil más común y los murciélagos en cuanto a mamíferos se refiere.
En Las Cañadas se encuentra el mejor registro de la historia del hombre en Tenerife debido a la gran riqueza en yacimientos arqueológicos. Los restos arqueológicos característicos del entorno del Teide corresponden mayoritariamente con una ocupación humana de tipo temporal y estacional. Se trata, por tanto, de los restos de las estructuras de sus modestas y sencillas viviendas. Los guanches, aborígenes de la isla, habitaban en cabañas ligeras y pequeñas y estas construcciones, de diversa tipología y funcionalidad, se conservan muy bien en el ámbito del Parque Nacional del Teide, por lo que constituyen un ejemplo único y excepcional de la vida de los antepasados de la isla y de su adaptación al medio.
El Teide y Las Cañadas tenían un significado espiritual para los guanches (aborígenes de la isla), quienes llamaban al Teide "Echeyde", que significaba "morada de Guayota, el Maligno". Además, esta zona era también un recurso fundamental para la supervivencia en determinadas épocas del año. En verano se producía en estos pastos de alta montaña una concentración de ganados y pastores procedentes de toda la isla.
Echeyde: morada de Guayota, el Maligno
Según la tradición, Guayota secuestró al dios del Sol, Magec, y lo llevó consigo al interior del Teide. Entonces, la oscuridad se apoderó de la isla y los guanches pidieron ayuda a Achamán, su ser supremo celeste. El dios consiguió derrotar al Maligno, sacar al Sol de su cautiverio y taponar la boca de Echeyde. Dicen que el tapón que puso Achamán es el llamado Pan de Azúcar, el último cono que corona el Teide.


Lucha entre Achamán y Guayota
Fuente: NaturaScape
Con una altitud mínima de 650 metros y una máxima de 1.478 metros, se ubica en la parte central de la isla y está presente en todos los municipios. Su biodiversidad viene determinada por la conjunción de factores topográficos y de relieve junto con los climatológicos, que permite el asentamiento de la laurisilva y de todas las especies que habitan en ella. En la flora se destacan especies propias del Monteverde (Laurisilva y Fayal-Brezal) y Laureles, además de la gran cantidad de líquenes y hongos. En cuanto a la fauna, las más representativas son las aves como el gavilán, el aguililla o el cernícalo. También cabe destacar las dos palomas endémicas de Canarias (la turqué y la rabiche), los murciélagos y el lagarto gigante de La Gomera.
Las insistentes masas de nieblas que ascienden desde el océano y se pega a las cumbres insulares, hacen que esta zona húmeda y fresca mantengan la existencia de estos bosques, últimos vestigios supervivientes de las ancestrales selvas subtropicales que hace millones de años poblaron el área mediterránea. Debido a los cambios climáticos del Cuaternario, la laurisilva canaria desapareció del continente encontrando refugio únicamente en las zonas de nieblas de las Islas Canarias, es por este motivo que en Garajonay se encuentra la mejor muestra conservada de dicho ecosistema, albergando más de la mitad de los bosques maduros de laurisilva del archipiélago. Otro valor del Parque Nacional es la existencia de espectaculares monumentos geológicos, como los Roques.
A continuación se muestra una galería fotográfica del Parque Nacional de Garajonay. Debe cliquear en la imagen para agrandar o en la flecha de la derecha para ver más imágenes.
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Timanfaya
Lanzarote
En la isla de Lanzarote se encuentra el Parque Nacional de Timanfaya, de origen volcánico, situado entre los municipios de Yaiza y Tinajo. Ocupa una extensión de 51, 07 km2 del suroeste de la isla y en sus límites se encuentra el espacio afectado por las erupciones volcánicas de 1730, 1736 y 1824, que sepultaron pueblos y zonas de cultivo.
A pesar de su orografía tiene una gran riqueza biológica y un gran número de endemismos vegetales y animales que han sabido adaptarse a la insolación y la escasez de agua. En flora destacan los hongos y líquenes, que han dado paso a la esparraguera majorera y el gongarillo purpuriano, mientras que en las zonas que no fueron cubiertas por las coladas resalta la tabaiba dulce. En cuanto a la fauna, la invertebrada toma mayor importancia con un porcentaje aproximado del 50% aunque otros animales a destacar son el lagarto atlántico o la pardela cenicienta (entre otros).
Vídeo del Parque Nacional de Timanfaya.Fuente: Organismo Autónomo Parques Nacionales
Este Parque Nacional, en el que predominan las tonalidades negras y rojizas de lapillis y arenas y lavas basálticas, cuenta con más de 25 volcanes, los más emblemáticos son: Las Montañas del Fuego, Montaña Rajada o Caldera del Corazoncillo. Aún presenta actividad volcánica, existiendo puntos de calor en la superficie. Se trata de una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y, en 1993, la UNESCO otorgó la calificación de Reserva de la Biosfera a toda la isla. Se dice que, de no ser por el intenso azul del cielo, muchas fotos tomadas en Timanfaya podrían pasar por paisajes del planeta Marte.
Timanfaya está considerada la principal maravilla natural de la isla conejera, su calidad ambiental es tal que para conservarlo mejor únicamente se puede acceder a determinadas zonas, a algunas de ellas tras pagar una entrada. Sin embargo, la oferta de actividades disponible es fascinante. Los niños disfrutarán sintiendo el calor que emana entre las rocas del dormido volcán. Los más intrépidos subirán a lomos de un dromedario y visitarán paisajes volcánicos multicolores. Y los enamorados de la ciencia podrán saciar su sed de conocimientos en el estupendo centro de interpretación de Mancha Blanca.
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